
La tecnología es parte de la vida de los niños, pero su uso sin supervisión tiene riesgos, por eso es necesario el control parental.
El control parental es un recurso que le permite a los padres educar, acompañar y guiar a sus hijos, enseñándoles a autorregularse para que usen la tecnología saludablemente.
Tabla de contenidos
Toggle¿Qué es el control parental?
El control parental es una herramienta educativa que ayuda a los niños a gestionar de manera segura sus experiencias en internet. Consiste en aplicaciones para computador y móviles que los adultos pueden configurar en dispositivos para filtrar el contenido y garantizar que las plataformas y buscadores muestren únicamente material adecuado para su edad.
Beneficios del control parental
El control parental protege a los niños y adolescentes al supervisar su acceso a contenido y regular el tiempo frente a las pantallas, reduciendo riesgos como la adicción a dispositivos, el ciberacoso y la pérdida de habilidades sociales.
Entre sus principales beneficios se encuentran:
- Restringir contenido inapropiado, como violencia, pornografía y material relacionado con drogas.
- Prevenir amenazas en línea, como el ciberacoso, grooming, sexting y phishing, al limitar la interacción con desconocidos.
- Evitar la adicción a las pantallas, la cual puede afectar el sueño, el rendimiento académico y la salud mental.
- Fomentar el equilibrio digital, estableciendo límites de tiempo para evitar el aislamiento social.
- Proteger contra fraudes en línea, reduciendo el riesgo de estafas y robo de datos.
- Fortalecer la comunicación y la confianza en la familia, mediante reglas claras sobre el
Desafíos del control parental
A pesar de sus ventajas, el control parental también presenta ciertas dificultades o limitaciones:
- No reemplaza la supervisión de los padres, ya que los niños pueden encontrar formas de eludir los filtros, como el uso de aplicaciones ocultas.
- Puede generar tensiones familiares, si se impone de manera estricta o sin previo acuerdo, provocando sentimientos de desconfianza o rechazo.
- Puede afectar la autonomía y el pensamiento crítico, si se restringe en exceso su capacidad de explorar y aprender por sí mismos.
- Existe el riesgo de invadir la privacidad de los niños y adolescentes si se implementa de manera invasiva o sin su conocimiento, afectando su derecho a la intimidad.
¿Cómo elegir un buen control parental?
Para que el control parental sea efectivo, es importante considerar los siguientes aspectos:
- Compatibilidad: Debe funcionar en celulares, tabletas, computadoras y consolas de videojuegos.
- Filtro de contenido: Debe bloquear sitios web peligrosos, apps no aptas y videos inadecuados.
- Límites de tiempo: Ideal que permita programar horarios y suspender la conexión a internet según sea necesario.
- Monitoreo y alertas: Puede incluir historial de navegación, uso de apps, redes sociales y ubicación en tiempo real.
- Facilidad de uso y precio: Algunas opciones son gratuitas, pero las funciones más avanzadas suelen ser de pago.
¿En qué dispositivos se puede activar el control parental?
El control parental está disponible en diversos dispositivos y plataformas:
- Dispositivos móviles: Android y iOS.
- Computadoras: Configuraciones en Windows y Mac.
- Televisores inteligentes y servicios de streaming: YouTube Kids, Netflix, Disney+.
- Videojuegos: Xbox, PlayStation y Nintendo Switch.
Herramientas útiles
Para facilitar la supervisión, existen diversas opciones tecnológicas:
- Configuraciones nativas: Google Family Link, Apple Screen Time, restricciones en YouTube y Netflix.
- Apps especializadas: Qustodio, Norton Family.
- Filtros de contenido: Bloqueo de sitios web inadecuados.
Opinión desde la pediatría integrativa

Observo a diario cómo el uso excesivo de pantallas afecta la salud de los niños, provocando alteraciones en el sueño, dificultades para socializar e incluso impactos en su desarrollo neurológico.
Como mamá, he comprobado que el control parental es una herramienta valiosa para regular el tiempo frente a las pantallas sin recurrir a restricciones excesivas. Más que imponer límites o bloquear contenido, el verdadero desafío es acompañar y educar a los niños en el uso responsable de la tecnología.
Es esencial que nuestros hijos aprendan a autorregularse y a distinguir entre un uso adecuado y uno perjudicial. Con un equilibrio entre control parental, diálogo abierto y hábitos saludables, podemos ayudarles a construir una relación positiva con los dispositivos electrónicos y las pantallas.